

El presidente del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, inició una difícil tarea: convencer a los intendentes de su partido de aceptar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires.
Esta operación de seducción implica que los jefes comunales resignen el sello partidario, el color de la boleta y los primeros lugares en las listas, una propuesta que genera fuerte resistencia, especialmente entre los alcaldes alineados con Jorge Macri.
La postura de los intendentes del PRO, sobre todo los que responden al jefe de Gobierno porteño es firme. Quieren mantener la lapicera, es decir, el poder de definir al menos los candidatos que encabezarán las listas en sus distritos para proteger sus concejos deliberantes.
Sin embargo, desde la cúpula libertaria ya advirtieron que no habrá una negociación de igual a igual y que buscarán tener el control total de los nombres, coordinando con el PRO si es posible, pero avanzando igualmente si no hay consenso.