El acto del Día del Trabajador dejó un mensaje al interior del peronismo nacional. Con la principal representación de casi la totalidad de la CGT, las dos CTA y los Movimientos sociales, el mensaje no sólo fue para Casa Rosada, sino para el interior del peronismo a nivel nacional.

Luego del acto que realizaron las centrales obreras en el Monumento de los Trabajadores, el gobernador Axel Kicillof, junto a parte de su gabinete y algunos intendentes que representan a Derecho al Futuro mantuvieron un encuentro que sentó las bases del peronismo en unidad.

“Trabajamos para la unidad del peronismo y queremos darle nuestro apoyo al gobernador Kicillof contra los recortes que está sufriendo por parte del Presidente Milei”, dijo uno de los triunviros que estuvo junto al gobernador ante La Letra Chica.

Junto a Kicillof estuvieron la vicegobernadora, Verónica Magario, los ministros Walter Correa (Trabajo), Carlos Bianco (Gobierno) y la jefa de Asesores, Cristina Álvarez Rodriguez. Además, estaban los intendentes Fernando Espinoza por la Tercera Sección y Pablo Descalzo por la Primera.

En el cuarto piso de la CGT en la calle Azopardo, lo esperaba el triunviro en su totalidad, además de Hugo Moyano, Andrés Rodríguez y parte del Consejo Directivo de la CGT que fue de la partida. Además, Hugo “Cachorro” Godoy por la CTA Autónoma, mientras que por la CTA de los Trabajadores estuvieron Hugo Yasky y Roberto Baradel.

En un tramo de la reunión, Kicillof le dijo a los dirigentes gremiales que “la próxima elección se trata de más derechos o menos derechos”, aunque “la boleta tendrá un nombre que después veremos”.

Este encuentro se da como antesala del acto que el gobernador prepara para el próximo 24 de mayo en la sede de UPCN en La Plata. En ese evento, Kicillof lanzará formalmente el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio político que busca aglutinar a intendentes, sindicatos y dirigentes leales a su figura, en medio de la fuerte interna que atraviesa el peronismo bonaerense con sectores como La Cámpora.

Así, el apoyo a Kicillof se lee como una doble señal: un claro mensaje de oposición al gobierno nacional y, simultáneamente, una demostración de fuerza y movilización de cara al lanzamiento de su propia estructura política.