

Mauricio Macri vuelve a tensar las cuerdas dentro del PRO. Su insistencia en consolidar una alianza con Javier Milei y La Libertad Avanza, especialmente en la provincia de Buenos Aires, genera un fuerte malestar en varios sectores del partido. La posibilidad de una fractura interna ya no es solo una hipótesis: es un escenario que se cocina a fuego lento.
Días atrás, el PRO definió impulsar un frente electoral junto a La Libertad Avanza, invitando también a la Unión Cívica Radical y otros aliados, pero los libertarios fueron tajantes: no están interesados en formar parte de un armado conjunto, aunque Milei no quiere compartir el escenario, sino absorber a los amarillos bajo su paraguas.
Ante esta negativa, crece la incertidumbre. Si LLA mantiene su rechazo, parte del PRO, alineado con Macri, podría teñirse de violeta y jugar bajo las reglas libertarias. Otros sectores, en cambio, ya anticipan que competirán por separado. Desde la mesa provincial del PRO afirman que “todavía falta mucho”, pero respaldan la propuesta de Macri, aunque reconocen que el propio Milei no la acepta del todo.
Por otro lado, referentes bonaerenses del PRO más críticos del acuerdo remarcan que el desdoblamiento electoral impulsado por el gobernador Axel Kicillof les da aire. Argumentan que los candidatos del PRO miden más que cualquier figura libertaria en el distrito, y que no necesitan unirse para enfrentar al peronismo.
Mientras tanto, Macri sigue firme en su jugada. Pero dentro de su propio partido crecen las dudas sobre a quién realmente le conviene este acercamiento: ¿al PRO, o solo a Milei? Los libertarios todavía deben demostrar su fuerza política en elecciones clave, como la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, antes de sentarse a negociar en pie de igualdad.