

El presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC), Leo Bilanski, lanzó duras críticas al rumbo económico del gobierno nacional, asegurando que la mayoría de las Pymes ven como “perjudicial” el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que las recientes medidas, como la devaluación, ya se están trasladando a precios, configurando una “crónica de una crisis económica anunciada”.
En diálogo con el programa radial Diagonal a Contramano, Bilanski se apoyó en datos relevados por la propia asociación: “El 78% de los empresarios, en función de la encuesta radar PyME que hacemos hace nueve años, ve perjudicial el acuerdo con el FMI”.
Argumentó además que la historia argentina respalda esta visión: “Nunca un acuerdo de los 23 que hubo terminó bien para la Argentina en general y para la industria y la producción nacional en particular”.
Para el dirigente Pyme, el escenario actual es una “película en cámara lenta que todos ya conocemos”. Señaló que el reciente acuerdo político con el FMI generó una devaluación que, aunque “pequeña en términos nominales”, sirve para “garantizar, al menos hasta octubre, un programa de especulación financiera pura y dura, un carry trade nuevo”, similar a los implementados previamente por el ministro Caputo que “terminaron con una disparada del dólar y con una quema muy fuerte de reservas”.
Bilanski fue tajante al afirmar que el impacto de esa devaluación del 11% ya se siente en los bolsillos: "se está trasladando completamente a precios".
Al ser consultado sobre si esto se debe a una falta de confianza en el gobierno de Javier Milei, lo descartó. La razón, según él, es otra: "Claramente (el mercado) reconoce que hay un Estado ausente y Argentina es una economía relativamente chica para la cantidad de grandes jugadores que hay. Entonces, aumentan los precios simplemente porque pueden hacerlo".
Criticó la concentración económica como factor clave: “Aumentan los precios porque hay una sola empresa que vende leche, una que vende pan, una que vende acero, una que vende aluminio, dos que venden energía, tres que venden gas...”. Esto, afirmó, lleva a una “apropiación indebida de renta generada por el Estado, pero que se la terminan comiendo algunos grandes jugadores simplemente porque el Estado está corrido de la función que es regular el mercado para que el salario de los argentinos rinda”.
Finalmente, describió las consecuencias directas para la gente y, por ende, para las Pymes: “Estamos viendo con asombro en algunos supermercados que la carne está a 14 dólares... En un país ganadero, donde cada vez podemos comprar menos kilos de carne; en un país petrolero, donde cada vez podemos comprar menos litros de combustible”.
Concluyó que esta pérdida de poder adquisitivo para necesidades básicas implica que los argentinos “cada vez tienen menos capacidad de gastar en las pequeñas y medias empresas”, afectando al comercio, el turismo, el ocio y la cultura.