El líder del PRO ve como su construcción política de más de 20 años puede derrumbarse ante la irrupción de La Libertad Avanza en el escenario nacional. Lejos de poner reparos en una convergencia electoral, Mauricio Macri pide a gritos una alianza con los libertarios de Casa Rosada, mientras mira las encuestas de la Ciudad de Buenos Aires.

El próximo 18 de mayo, los porteños irán a las urnas para determinar quienes serán sus representantes en la Legislatura. Sin embargo, la elección tomó relevancia nacional al tener en el tablero político a dirigentes de peso de la Casa Rosada y el exjefe de Gobierno, Horacio Rodriguez Larreta. Esas candidaturas, sumadas a la de Ramiro Marra, muestran una dispersión en el oficialismo de la Ciudad y podría generar un triunfo histórico del peronismo.

Sin embargo, la preocupación de Macri pasa por lo que pueda suceder en el resto del país. “Si el PRO sale tercero en la Ciudad, se terminan todas las aspiraciones de Macri en tener un futuro político con su partido”, advierte un consultor que mira de cerca el desarrollo de la campaña porteña.

En paralelo, dos de los principales dirigentes del PRO, Cristian Ritondo y Diego Santilli, parecen moverse con independencia para poder articular con La Libertad Avanza en Provincia. Días atrás se reunieron con Sebastián Pareja y marcaron un punto en común “para derrotar al populismo”. “Más pronto que tarde” habrá unidad, dicen los libertarios.

Lo cierto es que la negociación no será la misma si el PRO no consigue retener la mayoría de los votos que tiene en la Ciudad de Buenos Aires y peligran el sistema de alianzas en algunas provincias donde sostiene el poder en un frente electoral con el radicalismo.