

Luego de la polémica designación, Manuel García Mansilla, declina la posibilidad de seguir como juez de la Corte Suprema de Justicia, pese a los intentos del Gobierno de presionar para que no dejé su banca.
Sin respaldo del Senado, marginado por sus colegas cortesanos y cuestionado por una medida cautelar, el académico de perfil conservador presentó su renuncia.
El detonante fue la contundente votación del Senado el jueves pasado, donde 51 legisladores rechazaron su pliego contra solo 20 apoyos. La decisión, de amplio consenso entre sectores políticos que incluyeron al kirchnerismo, al radicalismo, al macrismo y hasta parte del oficialismo libertario, selló el aislamiento de García Mansilla.
La falta de acompañamiento fue también judicial: sus propios colegas de la Corte le retiraron el respaldo, uno de sus pares Ricardo Lorenzetti deslizó el viernes que debería apartarse del cargo, e incluso trascendió que no asistió el viernes a su oficina en el Palacio de Tribunales.
Además, el senador por Río Negro, Martín Doñate, adelantó que presentará “una denuncia penal contra el Dr. Manuel García Mansilla por usurpación de autoridad pública. Su permanencia como juez de la Corte Suprema, tras el rechazo explícito y categórico del Senado, no solo es un delito: es un acto de arrogancia institucional que empuja al país a un conflicto de poderes sin precedentes en democracia”.
“García Mansilla es el máximo responsable de estar desatando una crisis institucional de proporciones históricas. Sabe que no tiene acuerdo del Senado. Sabe que fue rechazado por más de dos tercios. Y aún así, sigue firmando sentencias y ejerciendo funciones contrarias al orden jurídico”, argumentó Doñate.