

Los compañeros y vecinos del repartidor Lucas Aguilar, de 20 años, asesinado de siete puñaladas, protestaron frente a la municipalidad de Moreno, donde hubo incidentes y enfrentamientos con la Policía.
El reclamo que llevan adelante los deliverys es para pedir mayor seguridad ante el incremento de la violencia y de los robos. Las personas que estaban en la Municipalidad de Moreno, prendieron fuego unas gomas y conos de seguridad, mientras que se enfrentaron con la policía.
Los agentes reaccionaron, trataron de apagar el fuego, pero tiraron gas pimienta a los compañeros del repartidor, los cuales previamente se acercaban a los efectivos para que los dejaran pasar y aclamar el pedido de justicia ante las autoridades.
En ese marco, desde el radicalismo bonaerense alzaron la voz y mandaron un palo al gobernador, Axel Kicillof, mientras los cañones apuntan al ministro de Seguridad, Javier Alonso.
“Hay que combatir el delito, no a los que reclaman seguridad. Hay que defender a los que laburan y no atacarlos y reprimirlos. Hay que concentrarse en la gestión y resolver los problemas de los bonaerenses. No hay que distraerse en campañas y ambiciones electorales. Hay que terminar con el reino del revés”, remarcó el jefe de la bancada UCR + Cambio Federal, Diego Garciarena.
La movilización pautada para el mediodía se desmadró y compañeros de Lucas comenzaron a arrojar piedras contra el edificio municipal y los móviles que estaban ubicados en el lugar. Ismael Castro, secretario de Seguridad de Moreno, habló tras los disturbios y remarcó que “empezaron a destruir móviles, incendiaron cubiertas, se desmadró la situación y la policía quiso frenar la violencia”.