Mientras el fin de año le pisa los talones al Gobierno, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, confirmó las intenciones de Javier Milei de designar por decreto a los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para integrar la Corte Suprema de Justicia y saltarse al Congreso.

Así lo deslizó el funcionario libertario en diálogo con Radio Mitre, dejando entrever el temor del Gobierno de no obtener los votos necesarios de los legisladores antes de fin de año, y el apuro de resolverlo previo a las elecciones legislativas.

En la entrevista, Francos expresó la preocupación de la Casa Rosada de que la Corte quede con tres miembros en caso que el Senado no trate el pliego. Al mismo tiempo, indicó que el recinto es el mejor lugar para resolverlo, pero reconoció: “Cuando estás en una minoría parlamentaria cuesta un esfuerzo enorme”.

Pese a las dudas y las fluctuantes negociaciones del oficialismo en los últimos meses, esta semana el panorama se volcó a su favor gracias a la senadora de Unión por la Patria, Lucía Corpacci, quien aportó la novena firma para el dictamen del pliego de Lijo y permitió que sea sometido a votación.

Sin embargo, aún no están garantizados los dos tercios de los votos requeridos para su designación, por lo que el Gobierno sigue en su carrera contrarreloj para lograr que la Comisión de Acuerdos del Senado de luz verde a ambos pliegos y lograr la mayoría en la votación.

Las maniobras del Gobierno

La administración de Milei se encuentra en la búsqueda de meter sus jueces en la corte desde principio de año, con la noticia de que a fin de año Juan Carlos Maqueda cumplirá 75 años, la edad límite para integrar el Máximo Tribunal.

En agosto, tanto Lijo como García Mansilla expusieron ante la Comisión de Acuerdos y desde entonces sus pliegos quedaron habilitados para ser tratados. Sin embargo, debido a la falta de votos, el oficialismo se vio obligado a posponer in el llamado a una sesión para debatirlos.

Apremiados por el tiempo, durante las últimas semanas los libertarios intensificaron las negociaciones para asegurarse las nueve firmas necesarias de los 17 miembros de la comisión, que finalmente llegó desde el riñón de Cristina Fernández de Kirchner.

La opción para esquivar el decreto en caso que los pliegos no lleguen al Senado antes de fin de año por vía natural es convocar a sesiones extraordinarias para abordar el tema, aunque ya se filtraron sus intenciones de saltear el Congreso si las otras vías no funcionan.