Ante la amenaza del Gobierno libertario de vetar la Ley de Financiamiento Universitario, hoy distintas organizaciones sociales, gremiales y políticas realizarán la segunda marcha federal universitaria en defensa de la educación pública, que promete ser multitudinaria.

El objetivo que los unirá en las calles es repetir la foto de la histórica y masiva movilización del 23 de abril, y volver a marcarle la cancha a Javier Milei de cara a la fecha límite del veto, que es el 3 de octubre.

La clave es que vuelvan a confluir sectores de lo más heterogéneos en las distintas manifestaciones que tendrán lugar en casi 50 ciudades de todo el país, para marcarle un freno al Gobierno sin un sello partidario a la cabeza.

Pongan la olla

En ese escenario, sumarán fuerzas desde la UCR, impulsados por Martín Lousteau y Facundo Manes, la Coalición Cívica y Encuentro Federal, que pusieron en pausa su predisposición a dialogar con el Gobierno por el presupuesto universitario.

De hecho, ayer un grupo de legisladores de Hacemos, el Partido Socialista, radicales y lilitos, entre otros, convocaron en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación a una conferencia de prensa para anunciar su adhesión a la Marcha Federal de este miércoles.

Uno de los principales llamados fue el de la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner que sorprendió con una convocatoria por redes para que los jóvenes se sumen a la manifestación, “en defensa no solamente del presente, sino también del futuro”.

Por su parte, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se reunirá a las 14 horas en Entre Rios y Mexico con su propia columna integrada por el Gabinete provincial y un grupo de intendentes kicillofistas.

En cuanto a la presencia gremial, la CGT de los trabajadores se sumó a acompañar a la Conadu Histórica y otros gremios docentes nucleados en las CTA. Su punto de encuentro será a partir de las 13:30 en Belgrano y Entre Ríos.

Así las cosas, Milei cuenta con tiempo hasta mañana, cuando vence el plazo de 10 días, para vetar la norma sancionada por el Congreso. Una vez que el veto sea firmado, se deberá enfrentar nuevamente a la oposición legislativa para evitar que se insista con la norma.