Un plenario de Secretarios Generales de las centrales obreras que aportan a ambas CTA se reunieron en La Plata bajo la consigna “Lucha para resistir, unidad para vencer”, y despertó una serie de suspicacias ante la posibilidad de alinear en los hechos la unidad.

Se trata del segundo encuentro que vienen llevando adelante los distintos secretarios generales y que persigue el objetivo de “unidad de acción ante el ajuste y los problemas que le genera Javier Milei a los trabajadores”.

Sin embargo, el dato político pasa por la presencia del ministro de Trabajo de Axel Kicillof, Walter Correa, y hombre de la CGT, y la ministra de las Mujeres, Estela Diaz. Según pudo saber La Letra Chica, el plenario tuvo como escenario la idea de alinear ambas centrales obreras y manifestar esa intención a los secretariados nacionales.

“El escenario es con unidad de acción. En la calle y lo programático estamos de acuerdo que se necesita unidad. Lo que nos frena es la Secretaria de Trabajo (Nación), pero ya hay conversaciones al respecto”, dijo una de las dirigentas de la cúpula de la CTA de los Trabajadores.

Quien propicia el escenario de unidad de las centrales obreras es el propio gobernador, Axel Kicillof, quién sentó a ambos titulares, Roberto Baradel y Oscar De Isasi, y garantizó el contexto para que haya una alianza programática, pero que se sentencie en los papeles.

“Si se complica la unidad en Nación, en provincia de Buenos Aires vamos a tener novedades”, le dijo a este medio una fuente sindical.

A estos encuentros sindicales se suman las discusiones multisectoriales que vienen barajando, entre otras cosas, el espacio de La Patria no se Vende, aunque también marca una alianza entre los sindicatos, los productores y dueños de empresas.

Uno de los temas importantes que se tocó es la integración de los espacios difíciles para la sindicalización y que están por fuera del espectro de formal, como es el caso de los repartidores y distintas actividades que surgen lejos de las posibilidades de los convenios colectivos.

Ese tema sirvió como disparador para “construir una autocrítica de interpretar las demandas de los movimientos sociales”, le dijo la misma fuente a este portal.