Mientras la agenda marcaba una polémica por la tarifa del agua dispuesta por ABSA, que consiste en un 250% de aumento, el ente regulador de la electricidad (ENRE) aplicó aumentos retroactivos, pero sólo le notificó a las empresas proveedoras.

En el marco de la audiencia pública del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, la operadora de agua pidió aplicar una suba en dos cuotas, que regiría tanto para el servicio medido como para el no medido.

Según informaron, la primera parte, del 200%, se aplicaría en mayo. En este caso, el valor del módulo o metro cúbico pasaría de $16,12 a $58,36 y la factura promedio pasaría a ser de $2.437,75 pesos mensuales.

La segunda etapa se aplicaría en julio y sería del 50% restante. De esta manera, el valor del módulo quedaría en $72,54 y la factura promedio ascendería a $3.656,62.

Cabe destacar que, en medio de un ajuste generalizado de las tarifas de los servicios públicos, desde ABSA sostuvieron que el impacto del aumento no afectará a todos los usuarios por igual.

El golpe del ENRE

En paralelo, llegó de sorpresa de un aumento retroactivo en las facturas de luz para los usuarios residenciales de ingresos altos, comercios e industrias, donde figuran hasta tres tarifas distintas, según el período del consumo eléctrico registrado.

La suba llamó la atención de más de un usuario, que se notificó en ese momento de que el aumento de tarifas de electricidad para el AMBA comenzó el 1 de febrero, y no el 16, como había anunciado el ENRE.

Es que el ente regulador notificó a las empresas proveedoras EDESUR y EDENOR pero no lo comunicó en el Boletín Oficial, como venía haciendo anteriormente.

Si bien esta situación no afecta a los hogares de ingresos bajos y medios, si golpea a quienes poseen mayores ingresos y a comerciantes e industriales, quienes evalúan realizar amparos en contra del Gobierno de Javier Milei.