Rubén Ramos, Secretario General de la Asociación de la Abogacía del Estado en conversación con La Letra Chica se refirió a los despidos en las distintas reparticiones del Estado Nacional y consideró que es inadmisible, no tiene un criterio unificado y genera altos niveles de angustia e incertidumbre.

¿Los sorprendió la ola de despidos de esta semana en el Estado Nacional?

No nos sorprendió para nada, pero genera una situación de angustia en los profesionales que después de brindar todo su esfuerzo y conocimiento durante muchos años, siempre con profundo sentido del servicio público, se los corre de su lugar sin dar razones y sin argumentos. Te puedo asegurar porque conozco cada caso, que no hay un solo abogado y una sola abogada del Estado que no cumpla correctamente con su función. Nuestra asociación nuclea personal de carrera, con un saber imprescindible para la administración pública y con profesionales con altos niveles de formación. No se explica lo que están haciendo, no es racional ni tiene como sentido mejorar el funcionamiento del Estado sino solo recortar de manera arbitraria.

Pero, ¿Cuál es el criterio para dar la baja a los trabajadores?

No hay criterio, eso hace peor aún la situación. Están pidiendo solamente que se recorte un porcentaje de cada una de las áreas, no hay un criterio unificado, no hay argumentos, lo única certeza es que a los funcionarios intermedios les llega la información de superiores exigiendo que ajusten en cada área un porcentaje. No se toma en cuenta un criterio unificado para pedir la baja o no renovar la contratación, por lo cual hay profesionales de muchos años de trabajo, trabajadores que hace muchos años que están en su puesto, diferentes sistemas de contratación, es casi aleatorio lo sucede. Eso lo vuelve más angustiante, porque se genera miedo en todo el conjunto y mucha bronca por la falta de reconocimiento de la labor de cada trabajador y trabajadora.

Otro tema es que hay directores que no quieren llevar adelante ese ajuste y muchos están renunciando, lo que además genera dificultades en el funcionamiento de la administración pública y una parálisis de los organismos. Muchas áreas quedan acéfalas, muchos programas dejan de funcionar y eso no es gratis, en el corto plazo hace bajar abruptamente la calidad de los servicios que brinda el Estado a la sociedad.

¿Desde la Asociación qué están haciendo al respecto?

Es una situación en un punto distinta a otras, por lo cual es un trabajo de uno a uno, lo primero es acompañar a cada profesional y contenerlo. Al mismo tiempo plantear acciones de conjunto, pero como asociación vamos a seguir haciendo lo mismo que hicimos desde enero que estamos en estado de alerta, mantuvimos las puertas abiertas y con nuestro cuerpo de abogados estamos brindando asistencia a los profesionales que están siendo cesanteados, llevando a cabo las presentaciones que hay que hacer tanto en el ámbito administrativo como judicial. Hoy estamos redoblando esfuerzos, porque como te digo acá se juegan varios planos a la vez, lo personal en primera instancia que requiere contención, lo profesional y lo colectivo generando una red de apoyo y organización.

¿Cómo crees que serán los próximos meses?

Son momentos muy difíciles, lo sabemos y como organización estoy seguro que vamos a estar a la altura. Nuestro espacio está acostumbrado a pelear por lo que le corresponde y somos infinitamente solidarios entre nosotros. Sabemos que lo que viene es complejo, pero no vamos a bajar los brazos.

Hoy preocupa mucho respecto al gobierno que hay una clara falta de diálogo y prima la incertidumbre sobre lo que viene en materia económica y laboral. La situación económica es muy compleja, los aumentos generalizados de los colegios, prepagas, medicamentos y transporte impactan directamente sobre nuestros salarios. Cada día cuesta más vivir y las abogadas y abogados del estado tenemos salarios que no acompañan la inflación y se pierde poder adquisitivo constantemente. Lo que está pasando es inadmisible, por eso nuestro objetivo va a ser mantener a cada trabajador y trabajadora cumpliendo funciones, y no bajar las banderas de la defensa por nuestro reconocimiento y jerarquización.