El informe elaborado por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, mediante la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), reveló las cifras de la pobreza monetaria y alimentación en niños, niñas y adolescentes.

"La incidencia de las privaciones de recursos que experimentan niños, niñas y adolescentes (NNyA) continúan siendo muy elevados y mantienen brechas desigualdad social muy significativas", advierte el documento.

Dicho esto, añade que "la pobreza monetaria entre los NNyA se ha elevado por encima del 60% en los últimos dos años de la serie de tiempo considerada, mientras que la indigencia se ubica por encima del 10%. La situación de inseguridad alimentaria ha mermado tras la crisis social del ASPO-COVID-19 pero aún así afecta a más del 30% de los NNyA en 2022".

Según el informe el 60% de los niños es pobre, el 13% indigente y más del 12% ha pasado hambre en el último año, a pesar del aumento de la asistencia estatal.

Así, 8,2 millones de niños son pobres, lo que representa un 61,6%. Por lo tanto, 6 de cada 10 chicos son pobres en Argentina.

Cabe aclarar que consideran pobre a "aquel niño/a en hogares cuyos ingresos no superen el umbral del ingreso monetario necesario para adquirir en el mercado el valor de una canasta de bienes y servicios básicos".

¿Qué pasa con la alimentación?

Por otro lado, el informe demuestra otra cifra preocupante en cuanto a la alimentación, el 31,4% de los niños, más de 4 millones 200 mil, ha tenido que reducir la dieta de alimentos en el último año por problemas económicos.

Asimismo, aproximadamente el 12,3% de niños, 1,6 millones, "han experimentado situaciones de “hambre” por falta de alimentos" en los últimos 12 meses por causas económicas.

Aumento del trabajo infantil

La UCA también puso el foco en el trabajo infantil y evidenció que por la restricciones de la pandemia, se marcó un descenso importante en el empleo infantil entre 2020 y 2021 a valores mínimos en la última década.

Sin embargo, en 2022 volvió a las cifras prepandémicas, de esta manera, el 14,8% de los chicos trabajan en actividades económicas o realizan tareas domésticas de manera intensiva para complementar el ingreso de sus familias en el contexto de escalada inflación y de deterioro de los salarios.