El gobernador bonaerense, Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández, se reencontraron por primera vez en lo que va del año electoral en Morón, para inaugurar el Colector Cloacal del distrito.

Después de tres meses, donde no compartieron agenda, y tras haberse encontrado en la mesa política del Frente de Todos, los mandatarios finalmente dieron un atisbo de descanso a la interna y se amalgamaron con fuertes críticas al pasado gobierno del expresidente Mauricio Macri.

"Duele lo que hizo Mauricio Macri en la provincia ya desde los años 80", expresó Kicillof, refiriéndose al contrato millonario firmado en 1988 entre la empresa Sideco, propiedad de la familia del líder del PRO, y el entonces intendente Juan Carlos Rousselot.

Bajo esa misma línea, Alberto repasó la herencia macrista de la deuda y la inflación, y manifestó que "todo esto se conjugó en el gobierno nacional y provincial, los resultados fueron buenos aunque se empeñen en taparlos".

Asimismo apuntó: “Hay algunos que llegaron, blanquearon sus bienes, y se fueron a dar cátedras de ética en la FIFA. Y hay otros que vamos a dejar el Gobierno con el mismo patrimonio con el que llegamos; dejamos todo y no nos llevamos nada”.

Siguiendo su discurso, y bajo la atenta mirada de los allí presentes, el jefe de Estado se refirió a su gestión y pidió "no desviar la senda" al votar, recordando que "un día desviaron la senda votaron a (Fernando) De la Rúa y el país se desmoronó, luego votaron a Macri y se desmoronó" y agregó: "No importa quién va a gobernar la Argentina desde el 10 de diciembre, pero sí importa que sea uno de los nuestros".

Estuvieron presentes en el acto, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, Leonardo Nardini, el intendente local Lucas Ghi y la presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), Malena Galmarini.