

Si bien varios dirigentes de Juntos por el Cambio, luego del intento de magnicidio a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, repudiaron el hecho y se acercaron al oficialismo, en los últimos días se fueron alejando lentamente y criticaron la misa en Lujan porque “fue un acto partidario.
En este marco, el bloque del PRO condenó en la Cámara de Diputados el atentado en una sesión que se llevó a cabo el sábado pasado, pero se levantó del recito cuando comenzó el debate y las exposiciones de los legisladores. Algo similar ocurrió en la sesión convocada por el Senado, cuando en el recinto de la Cámara Alta la oposición directamente se ausentó.
Por su parte, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro comenzó a sondear a distintos actores de la oposición respecto de la posibilidad de establecer un diálogo político entre el oficialismo y Juntos por el Cambio (JxC), para llegar a un acuerdo para asegurar la paz social.
Fuentes del oficialismo explicaron que, De Pedro se comunicó al menos con dos referentes opositores: los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes. En esa charla conversaron sobre este llamado del Gobierno para establecer una mesa de diálogo y sobre la misa de este fin de semana en Luján.
Aunque, Morales le dijo al titular de Interior que este diálogo debe ser cursado por los carriles institucionales y que debe incluir a todo Juntos por el Cambio (JxC). El radical explicó asimismo que no participó de la celebración religiosa en Luján porque no lo convocó la Iglesia y porque, además, considera que fue un evento "partidario".
Mientras, Manes, brindó argumentos similares a los de Morales, y se excusó de su participación en la misa porque está realizando una recorrida por la Patagonia.
Dentro de JxC también reconocen que hay sectores duros que jamás se sentarán en una mesa con el Gobierno. Mientras tanto, se mantienen diálogos informales a diario sobre cómo reaccionar tras el atentado a la vicepresidenta.
Para finalizar, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en tanto, endureció su discurso contra el Gobierno nacional y rechazó en duros términos la instauración de una norma para regular los llamados "discursos de odio", durante una recorrida de 48 horas que realizó por Córdoba.