

Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una familia de cuatro integrantes (compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un niño de 6 años y una niña de 8 años) necesitó $49.912 para no ser considerada pobre, cuando en septiembre requería $47.216.
El cálculo surge a raíz de determinar que la CBT para un "adulto equivalente" (varón de entre 30 y 60 años con actividad moderada), trepó desde los $15.280 hasta los $16.153.
Mientras tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la "línea de indigencia", ascendió desde los $6.288 hasta los $6.702, lo cual representó un aumento del 6,6%. Por lo tanto, una familia "tipo" necesitó $20.710 para no ser considerada indigente.
Los datos reflejan que ambas canastas tuvieron su salto más elevado desde octubre de 2018, cuando tanto la CBA como la CBT exhibieron un alza del 7,5%.
Adicionalmente, treparon muy por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC, que registró una suba del 3,8% en el décimo mes del año, la más alta de 2020.
El estudio exhibe que el rubro de mayor incidencia en el IPC fue el de los Alimentos y bebidas. Subieron, en promedio, un 4,8% debido, principalmente, a fuertes ascensos en los precios de las frutas y las verduras, afectados por factores estacionales y por los ajustes autorizados para los productos incluidos dentro del programa Precios Máximos.
En consecuencia, en el Gran Buenos Aires (GBA), alimentos como el tomate redondo, la papa, el limón y la manzana deliciosa exhibieron incrementos mensuales de entre 30% y 50%.
En datos comparativos, la inflación general acumulada en lo que va del año alcanza el 26,9%, una cifra que ya se ubica por debajo tanto de la variación acumulada de la Canasta Básica Alimentaria (32,9%) como de la verificada para la Canasta Básica Total (28,1%). Paralelamente, respecto de octubre de 2019, los precios aumentaron un 37,2%, también por debajo de las subas de la CBA y la CBT, que fueron del 45,8% y del 40%, respectivamente.
Recordemos que la Canasta Básica Alimentaria se determina tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para un adulto equivalente, mientras que la Canasta Básica Total incorpora bienes y servicios no alimentarios.