

Como diversos sectores de la economía mundial, la industria de los hidrocarburos pasa por un momento caótico producto de la pandemia, la cuarentena global y el parate casi absoluto que implica un casi inexistente consumo, y en lo que hace a los combustibles líquidos, la caída en la Argentina durante abril fue del orden del 47,4 %.
Informado por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), estos datos son en comparación con febrero, el último mes que puede considerarse de tránsito normal, previo a la imposición del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) impuesto en el país para mitigar las consecuencias de la pandemia de COVID-19.
El mayor impacto en el descenso de las ventas se produjo en el segmento de naftas: la premium fue del 73,6 % y la super del 65,2 %, mientras que en el gasoil premium la merma alcanzó el 52,1 %, y en el grado 2 el 17,8 %.
Respecto de los volúmenes comercializados, el impacto negativo se sintió con fuerza en los grandes centros urbanos: cayó un 79,3 % las naftas y un 59 % el gasoil en CABA; un 71,8 % las naftas y un 46,1 % el gasoil en Córdoba, y un 72,3 % las naftas y un 27,7 % el gasoil en Rosario.