Tras el derrumbe electoral, el presidente Mauricio Macri analizó los resultados y la consecuente disparada del dólar.  En compañía de su su candidato a vice, Miguel Ángel Pichetto, brindó una conferencia en Casa Rosada.

Con el rostro todavía compungido, el jefe de Estado indicó que "la elección es un mensaje y nosotros lo escuchamos", al tiempo que señaló: "Tenemos muchas más cosas para mostrar y proponer, y octubre va a ser una buena oportunidad para mostrar que el cambio continúa".

Sin embargo, las preguntas de la prensa se posaron en la cuestión económica, dado que en la jornada de hoy la divida extranjera superó el 50%. A lo que Macri se limitó a decir que "el proceso electoral tuvo  una mala noticia para los mercados".

Es decir: ¿Culpó a la ciudadanía por la disparada del dólar? o ¿Será que el electorado no puede elegir a otro partido porque sino la divisa extranjera se va por las nubes?. Como si fuera poco, llamó al kirchnerismo a hacer una autocrítica.

La realidad es que el mensaje de Macri, dejó perplejo a más de uno. Las autocríticas, brillaron por su ausencia y la repartija de culpas pasaron a estar en manos de la oposición. 

En tanto, culpó al Frente de Todos por la reacción adversa de los mercados y reconoció que hubo un "voto bronca" por el "proceso económico" y la "herencia recibida".

Convencido de su gestión, lanzó: "A partir de este resultado desfavorable al Gobierno y favorable al kirchnerismo, se da vuelta todo. Eso demuestra que hay un problema grande entre el kirchnerismo y el mundo. Tienen que demostrar que van a hacer algo distinto a lo que hicieron antes".

No obstante, confirmó que no realizará cambios en el gabinete "por cuestiones simbólicas" e informó que el equipo económico está "en diálogo permanente con el Fondo Monetario Internacional". 

Como respuesta al resultado electoral sentenció: "Hay una bronca acumulado por la economía dura que venimos pasando, y eso se expresó en las urnas".