La brevedad del mandato de Milman expone la fragilidad de los acuerdos entre el bullrichismo y el "triángulo de hierro" de la Casa Rosada.
Patricia Bullrich había aprovechado la madrugada del viernes para presionar por el nombramiento del exdiputado, cuya figura es el principal factor de discordia con el kirchnerismo debido a la investigación sobre el atentado a Cristina Kirchner.
Sin embargo, la Secretaría General de la Presidencia reaccionó con celeridad. Karina Milei, quien ya había vetado a Milman de las listas legislativas y de la Dirección de Migraciones, intervino personalmente para anular el memo administrativo.
La versión oficial desde el entorno de Abdala es que se trató de un "retroceso necesario" para evitar ruidos institucionales, aunque en los pasillos de la Cámara alta se habla de una desautorización total a la estrategia de construcción de poder propio que intenta desplegar la exministra de Seguridad en el ámbito parlamentario.
Esta pulseada ocurre en un momento de máxima sensibilidad por las negociaciones de los pliegos judiciales y las vacantes en la Corte Suprema. La presencia de Milman en un cargo estratégico de articulación con las provincias era vista por el sector de Máximo Kirchner y Cristina Kirchner como una provocación innecesaria que ponía en riesgo la gobernabilidad legislativa.
Al "bajar" a Milman, Karina Milei no solo le marca la cancha a Bullrich, sino que también le envía un mensaje de pragmatismo a la oposición dura: la Casa Rosada está dispuesta a sacrificar cuadros propios o aliados con tal de mantener aceitados los canales de diálogo que permitieron, entre otras cosas, el reparto de sillas en la Auditoría General de la Nación (AGN).
Victoria Villarruel, por su parte, se mantuvo al margen de la disputa, dejando que sea el propio Abdala quien asuma el costo de anular su firma inicial.
El "caso Milman" sintetiza la tensión por el control de la estructura del Estado entre los diferentes sectores del oficialismo. La hermana del presidente mantiene una guardia activa contra cualquier dirigente que complique la relación con el peronismo en temas de justicia y presupuesto. Milman es considerado "persona non grata" para esa mesa de negociación.
El presidente provisional del Senado quedó atrapado entre la lealtad a Bullrich (quien lo apoyó en la sesión del Presupuesto) y la verticalidad que exige la Casa Rosada. La orden de Recursos Humanos de anular el cargo fue la salida técnica para cerrar el conflicto.