Luego que el ministro de Interior, Diego Santilli, le desplumara su estructura, Daniel Scioli comenzó a ver un destino diferente para su futuro político y mantenerse al calor del poder con Javier Milei en el poder.

El movimiento se da en un contexto de profunda reestructuración del gabinete nacional tras la salida de Guillermo Francos y la asunción de Pablo Quirno como Canciller en octubre pasado.

Según trascendidos del palacio San Martín, Scioli buscaría una salida diplomática que le permita mantener peso político fuera del país, siendo la sede mexicana un destino estratégico pese a la relación "fría" que mantiene el presidente con su par Claudia Sheinbaum.

La posible designación de Scioli, quien ya cuenta con experiencia embajadora en Brasil, surge como una alternativa de “indemnización política” ante la pérdida de espacio interno tras el recambio ministerial de fin de año.

Sin embargo, su camino a México no está exento de obstáculos internos: el director de protocolo de Cancillería, Leandro Martínez Suárez, ya contaría con el plácet de estilo otorgado por el gobierno mexicano, restando únicamente la firma del decreto presidencial para formalizar su asunción.

En la pulseada también interviene la figura de Alec Oxenford, embajador en Estados Unidos y hombre de máxima confianza del canciller Quirno, quien busca consolidar una red de diplomáticos afines en las principales capitales de la región para alinear la política exterior con los objetivos comerciales del Ministerio de Economía.

La relación bilateral con México atraviesa un momento de parálisis ideológica, lo que ha llevado al Gobierno nacional a priorizar perfiles que puedan gestionar la agenda técnica y comercial por encima de la política.