A tres minutos de caerse la sesión estuvo el oficialismo Nacional. Sin embargo, el bloque de Provincias Unidas salió al rescate de la mano de Nicolás Massot (Encuentro Federal - Unidos), quien al observar en el tablero que La Libertad Avanza no alcanzaba el umbral ni con la ayuda de sus aliados, se vistió de salvador.
En el marco del debate por el Presupuesto 2026, el diputado Massot planteó una postura crítica frente a la lógica de ajuste del Poder Ejecutivo, exigiendo un equilibrio que no sacrifique políticas de Estado fundamentales como la educación pública y gratuita, aunque marcó un particular argumento.
Pese a ser elegido por el territorio bonaerense, el diputado de Bahía Blanca se hizo eco del desfinanciamiento a “las provincias más productivas del país”. Massot evitó hablar de Buenos Aires, a quién Milei le extirpó 13 billones de pesos en recursos coparticipables y mencionó sólo a Santa Fe y Córdoba, dos provincias donde comandan gobernadores de Provincias Unidas.
En su locución, Massot propuso una visión equidistante para superar la polarización ideológica del debate actual. Según el legislador, el país atraviesa un momento de “exaltación de la libertad” que surge como reacción a una etapa previa de sobreestimación de la igualdad que resultó insustentable.
“Debemos encontrar la igualdad dentro de la libertad”, instó el diputado, rechazando que la discusión se convierta en un “conflicto de suma cero” que ponga en riesgo la educación universitaria, a la que definió como una de las políticas más exitosas de la historia argentina.
Massot cerró su intervención con una pregunta dirigida a la lógica económica del oficialismo: “¿Por qué hay degeneración fiscal cuando uno pide sostener gastos y no la hay cuando se produce exactamente el mismo efecto en las cuentas públicas mediante la baja de impuestos a los privilegiados?”.
Para el economista y legislador, la falta de empatía y la discrecionalidad en la asignación de recursos representan una contradicción ética y técnica que el Congreso debe corregir.