En un fuerte gesto de respaldo político y federal, Axel Kicillof dedicó un extenso tramo de su discurso en Formosa a elogiar la transformación de la provincia, calificándola como un territorio moderno y pujante que ha superado sus propios sueños a través de desarrollos tecnológicos, centros de medicina nuclear y polos científicos.

El mandatario bonaerense atribuyó estos logros directamente a la figura de Gildo Insfrán, a quien definió como una pieza central y un referente para quienes se desempeñan en la gestión pública.

En su intervención, Kicillof aprovechó para cuestionar duramente la visión económica de Javier Milei, asegurando que es una falsedad tener que elegir entre el Estado o el mercado, ya que en ninguna parte del mundo funcionan modelos puramente aislados.

Según el gobernador bonaerense, la integración virtuosa entre lo público y lo privado orientada al desarrollo y la justicia social es la esencia del peronismo, y advirtió que mientras el Presidente no comprenda este concepto, el país estará condenado.

Por su parte, Gildo Insfrán recogió el guante y remarcó la existencia de un bloque de provincias integradas por Buenos Aires, Formosa, La Pampa, Tierra del Fuego (Ushuaia) y La Rioja, que se encuentran excluidas del diálogo con la Casa Rosada.

Lejos de verlo como una debilidad, el gobernador formoseño calificó esta situación como un “galardón” que demuestra que sus administraciones no pueden ser compradas por el poder central.

Insfrán reafirmó su compromiso con la doctrina de Juan Domingo Perón, sosteniendo que el capital debe estar al servicio de la economía y esta última al servicio del bien común.

Asimismo, rechazó de forma tajante las críticas que califican a su provincia como un feudo, argumentando que su legitimidad proviene de haber ganado nuevamente las elecciones con el apoyo popular, y concluyó que la unidad y la solidaridad son los motores que han permitido el crecimiento de Formosa a pesar de las adversidades nacionales.