La Confederación General del Trabajo marcó un quiebre en su relación con el Gobierno Nacional al decidir este martes no enviar representación a la reunión de cierre del denominado Consejo de Mayo. Este gesto fue el anticipo de una ofensiva gremial que busca bloquear el proyecto de reforma laboral, considerado "inaceptable" por la central obrera.

La central obrera, que había participado en el Consejo de Mayo a través del titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, decidió no asistir a la entrega del informe final, oficializando su rechazo.

“Esta instancia está agotada, la reforma vulnera derechos colectivos e individuales de los trabajadores”, advirtió Martínez a Clarín, confirmando que ninguna de las propuestas sindicales llevadas al Consejo de Mayo fue contemplada en el texto final del Ejecutivo.

La CGT convocó de urgencia a una reunión de su Consejo Directivo para este jueves al mediodía con el objetivo de consensuar un “plan de acción para dar pelea” a la iniciativa que el Gobierno remitirá en las próximas horas al Senado.

En la primera línea cegetista circuló un paper interno, a modo de “semáforo”, que categorizó el proyecto de reforma. La “gran mayoría” de los artículos fueron marcados como “inaceptables”.

A pesar de la postura de confrontación, algunos gremialistas plantearon la necesidad de no cerrar los canales de diálogo y mencionaron la importancia de mantener contactos informales con figuras clave del ala política del Gobierno, como Santiago Caputo, Diego Santilli, Eduardo "Lule" Menem y Martín Menem.

El consejo directivo, encabezado por el nuevo triunvirato compuesto por Cristián Gerónimo, Jorge Sola y Octavio Argüello, buscará el jueves el consenso para un plan de acción que agotará todas las alternativas posibles. Anticipan que profundizarán los encuentros con gobernadores, senadores y diputados para sumar votos que impidan la aprobación parlamentaria del proyecto.