El Presupuesto del 2026 pone como campo de batalla en la disputa bonaerense y el gobernador Axel Kicillof negocia el mapa de poder del peronismo en el principal distrito del país.
Para eso, el gobernador puso a Mariano Cascallares y Gabriel Katopodis como operadores clave en diputados, mientras Verónica Magario liderará la negociación en el Senado, donde La Cámpora busca marcar agenda y demostrar su poder de veto.
El debate por el Presupuesto 2026 en la Legislatura bonaerense se ha transformado en el principal escenario de negociación para definir el futuro mapa de poder del peronismo provincial.
Desde Gobernación, reconocen que la aprobación del proyecto depende directamente de la capacidad del Ejecutivo para ordenar la interna de Unión por la Patria y de los acuerdos que se logren construir con la oposición.
Para llevar adelante las complejas negociaciones en la Cámara de Diputados, Kicillof eligió como operadores a dos figuras de peso y conocimiento territorial: Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown y diputado electo, y el ministro Gabriel Katopodis, que puede ir al Senado tras el triunfo del 7 de septiembre.
“El frente interno lo tenemos cerrado. Estamos todos en la misma sintonía. Hoy ganamos tiempo con la sanción del dictamen positivo y tenemos unos días más para seguir debatiendo con la oposición”, remarcó uno de los hombres claves en la negociación a La Letra Chica.
La clave estará en la discusión del monto fijo para los intendentes, una negociación que parece tener ciertos rechazos en el equipo económico del gobernador, aunque resulta clave para llevar adelante un año fiscal adverso.

En el Senado, la posta quedó en manos de la vicegobernadora Verónica Magario, quien tiene la delicada misión de construir los consensos necesarios sin dinamitar su relación con los distintos sectores que le disputan influencia en la Cámara alta, incluyendo a La Cámpora.
Justamente, el sector liderado por Máximo Kirchner llega a este debate con la decisión de marcar agenda y demostrar su poder. Desde La Cámpora buscan dejar claro que “nada se aprueba sin su luz verde”, lo que aumenta la presión sobre los negociadores del gobernador.
Con el Presupuesto avanzando con dictamen, aunque con la oposición exigiendo modificaciones y la interna oficialista tensa, el juego ha comenzado. En el peronismo bonaerense, todos son conscientes de que esta discusión, más que solo una ley de Presupuesto, está definiendo las lealtades y las jerarquías de cara al año 2026.