El campo bonaerense atraviesa una de las peores emergencias hídricas de los últimos años y exige respuestas al Gobierno de Axel Kicillof. Desde comienzos de octubre, las lluvias persistentes y la falta de infraestructura hidráulica afectaron la producción agropecuaria y dejaron aisladas a decenas de familias.
“Hay familias que no pueden salir de sus casas y productores que perdieron todo. Los caminos están destruidos y no hay respuestas”, señalaron desde una de las asociaciones rurales afectadas.
En distritos como Carlos Casares, 9 de Julio, Pehuajó y Trenque Lauquen, el agua cubre amplias extensiones productivas, mientras los caminos rurales quedaron intransitables. En algunos casos, los vecinos improvisaron defensas para frenar el avance del agua, aunque sin éxito.
El primer fin de semana de octubre, productores y vecinos realizaron un tractorazo masivo en coincidencia con el Día Nacional de los Caminos. La protesta se replicó en distintos distritos del centro y noroeste bonaerense, para exigir obras hidráulicas y mantenimiento de la red vial.
Los manifestantes apuntaron contra el abandono estatal y la falta de planificación que agrava cada temporada de lluvias.
El ingeniero Claudio Velasco, especialista en recursos hídricos, explicó que gran parte del problema podría haberse evitado con obras estratégicas.
“Existe un déficit histórico de infraestructura hidráulica; hacen falta unos 9.600 millones de dólares solo para la cuenca del Salado”, advirtió. Y agregó: “Pasamos de la sequía extrema a lluvias extraordinarias sin una red de contención capaz de equilibrar el sistema”.
Las pérdidas millonarias por la imposibilidad de sembrar o cosechar se extienden a toda la cadena productiva, afectando empleos, transportes y economías locales. “Hace años que escuchamos anuncios y comisiones que nunca llegan a concretarse. Mientras tanto, el campo se hunde”, lamentó un productor de 9 de Julio.
Esta semana, una nueva tormenta volvió a golpear con fuerza el centro y sudoeste provincial. Ráfagas de más de 100 km/h, granizo y lluvias que superaron los 140 milímetros profundizaron la crisis en zonas ya saturadas.
El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, confirmó que la situación es crítica: “Estamos trabajando junto a los municipios para asistir a las familias afectadas y evaluar los daños”, dijo.
Sin embargo, los productores reclaman que la asistencia inmediata no alcanza y que sin obras estructurales el problema volverá a repetirse.