

El simulacro del escrutinio provisorio de las elecciones legislativas del 26 de octubre desató una fuerte polémica entre el Gobierno y la oposición.
La controversia surge porque la Dirección Nacional Electoral (DINE) proyectó un conteo nacional de los resultados, una decisión inédita que la oposición considera una maniobra política y no oficial, ya que las elecciones se llevan a cabo en 24 distritos separados.
La decisión beneficiaría al oficialismo porque La Libertad Avanza (LLA) es la única fuerza con presencia en todo el territorio bajo un mismo nombre. La oposición reacciona porque el peronismo eligió sellos electorales distintos en once provincias, no utilizando el nombre de Fuerza Patria en todos los distritos, lo que diluiría su resultado en una sumatoria nacional.
Delegados del peronismo, Provincias Unidas y el Frente de Izquierda (FIT) anticiparon que impugnarán la medida ante la Cámara Nacional Electoral, argumentando que el Poder Ejecutivo no puede modificar la forma de difundir los resultados sin aval judicial.
En el simulacro, fiscales y apoderados denunciaron además fallas en la carga de 1.600 actas y cuestionaron la falta de explicaciones de la titular de la DINE, Luz Landívar.
Fuentes oficiales confirmaron que el Gobierno busca “mostrar una sumatoria nacional” con el objetivo de generar un impacto político y mostrar un triunfo a la opinión pública y a aliados internacionales. El FIT, por su parte, prepara una presentación judicial para frenar lo que califica como “una manipulación del proceso electoral”.