El próximo 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, llega envuelto en disputas, gestos y silencios. Por un lado,el PJ nacional convocó a una caravana bajo el lema “Leales de Corazón” en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, detenida en el domicilio de San José 1111, en el barrio porteño de Constitución.

En paralelo, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, prepara un acto propio en la Quinta de San Vicente, lo que volvió a poner sobre la mesa las diferencias entre los distintos sectores del peronismo.

La iniciativa del PJ forma parte de la campaña “Argentina con Cristina”, que busca profundizar acciones de apoyo a la expresidenta y denunciar lo que consideran una condena “ilegítima y proscriptiva”.

Mientras tanto, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, confirmó que el Ejecutivo está interiorizado en la organización de la caravana, aunque aclaró que también se planifica una actividad propia durante la mañana y la Quinta de San Vicente ya fue reservada para las 11 a.m, en lo que podría ser un acto de tono más institucional y acotado.

Pese a los intentos de mostrar unidad, en el oficialismo reconocen que la decisión de Kicillof de no participar de la caravana generó malestar en sectores kirchneristas, reavivando tensiones que se arrastran desde hace meses. El año pasado, el gobernador también había encabezado su propio acto en Berisso, sin la presencia de referentes camporistas ni del massismo.

El trasfondo de esta pulseada interna también atraviesa la disputa por la conducción del PJ bonaerense, cuya renovación de autoridades se dará tras las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre.

Los nombres que aparecen como posibles alternativas son los intendentes Federico Otermín (Lomas de Zamora); Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); y la vicegobernadora, Verónica Magario, mientras el cristinismo insiste en la continuidad de Máximo Kirchner.