En un drástico giro que contradice su discurso de campaña, el gobierno de Javier Milei decidió recurrir a la obra pública con fondos del Estado en un intento desesperado por recuperar el voto del interior provincial que le dio la espalda en septiembre.

Tanto el Presidente como el ministro Luis Caputo habían calificado este mecanismo como corrupto, prometiendo reemplazarlo por un sistema privado nunca implementado.

El ministro del Interior, Lisandro Catalán, recibió en la Casa Rosada al intendente PRO de Junín, Pablo Petrecca, a quien le prometió la reactivación de un túnel clave que quedó abandonado.

El costo electoral del abandono en Junín

El proyecto en cuestión es un paso bajo a nivel en la avenida Rivadavia, una obra avanzada durante el gobierno de Alberto Fernández pero paralizada por la gestión de Milei, dejando a la ciudad partida y a los vecinos sin respuestas.

El costo político del abandono fue directo: a pesar de haber sido una de las ciudades visitadas por Milei en campaña, LLA salió tercero a 23 puntos del peronismo en Junín. El malestar fue tal que el propio Petrecca, harto de los libertarios, armó lista propia con los radicales en la alianza Somos.

La frustración del intendente ante los innumerables reclamos no atendidos fue extrema, llegando incluso a evaluar la posibilidad de tapar la obra de hormigón para que al menos la zona pudiera ser transitable.

Ahora, los libertarios reconocen que el abandono del túnel "les jugó en contra". Aunque la Casa Rosada escenificó la foto de la reunión, en el entorno del intendente Petrecca prevalece la desconfianza ante el cambio de postura del Gobierno nacional.