Una nueva encuesta de la consultora Zentrix Consultora reveló un deterioro en la imagen del Gobierno de Javier Milei y un avance de la oposición.

Según el "Monitor de Opinión Pública" de septiembre, el 60% de los argentinos desaprueba la gestión del presidente.

Además, el 73% de los encuestados tiene una mirada negativa de la familia Menem, y el 60% cree que Karina Milei podría estar involucrada en hechos de corrupción, lo que agrava la desconfianza hacia el círculo cercano al poder.

El público exige cambios y desconfía de los datos oficiales

El informe señala que la mayoría de la sociedad exige un cambio de rumbo. El 45% de los consultados pide explícitamente aplicar políticas de alivio para los sectores más bajos, mientras que el 34% reclama acuerdos con la oposición y correcciones en el rumbo económico. Solo uno de cada cinco votantes de Milei quiere que el gobierno continúe sin modificaciones.

Además, el 66,7% de los encuestados sostiene que los datos de inflación del INDEC no reflejan la realidad, un escepticismo que se alimenta de la sensación de que el sueldo no alcanza para cubrir las necesidades básicas.

Intención de voto y la imagen de los dirigentes

El estudio también midió la intención de voto, que muestra un crecimiento significativo de Fuerza Patria, que alcanza el 41,5%, mientras que La Libertad Avanza sube levemente al 35,4%. Este movimiento consolida una ventaja de seis puntos a favor del peronismo a nivel nacional.

En cuanto a la imagen de los principales dirigentes, los datos reflejan una fuerte polarización:

Javier Milei: Su imagen se mantiene en terreno mayoritariamente negativo, con 33,8% de valoración positiva frente a un 59,1% de negativa.

Axel Kicillof: Muestra una leve mejora, alcanzando un 42,6% de imagen positiva frente a 50,7% de negativa, consolidándose como el principal referente de su espacio.

Victoria Villarruel: La vicepresidenta divide opiniones incluso entre los votantes de Milei, con un 21,4% de positiva y un 53,4% de negativa.

Juan Grabois y José Luis Espert: ambos consolidan perfiles fuertemente polarizados, con un alto nivel de rechazo fuera de sus respectivas bases electorales.