El intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, movió rápido las fichas tras el revés electoral del domingo. Reconoció la derrota, anunció cambios en su Gabinete y, lejos de mostrarse debilitado, se plantó con una dura advertencia a los ganadores y un claro mensaje de cara a 2027.

"Lo primero que quiero aclarar es que no pedí ninguna renuncia. Agradezco el gesto de todo el Gabinete", afirmó el vecinalista, aunque inmediatamente confirmó que habrá cambios "puntuales en áreas específicas" y modificaciones de rango en su equipo.

Misil teledirigido

"Es importante que nadie se sienta intendente antes de tiempo", disparó, y remarcó que, pese a la "mala elección", su bloque mantendrá seis concejales, lo que impedirá que el Concejo funcione como una "escribanía".

Sobre ese plano, marcó que la presidencia del Consejo Escolar le corresponderá a su espacio de acuerdo a lo que establece la Ley: “Nosotros sacamos 18.000 votos en 2023 y ellos 13.000 ahora, por lo tanto será nuestra”.

Tiempo más tarde, felicitó a los nueve ediles electos en el distrito, y avanzó con un ejercicio de autocrítica. Admitió que "dejar Primero Chivilcoy fue un error mío. Si competíamos con esa boleta, seguramente se hubiera generado otra lista y cambiado algunos resultados”, reconoció.

Modo 2027 activado

Con la derrota asumida, Britos rápidamente se puso en modo 2027 y lanzó una convocatoria a la unidad de las fuerzas no peronistas. "Los votos de Fuerza Chivilcoyana, más los de LLA y los nuestros, son el voto anti K. Con 13.500 votos no alcanza para ser intendente", analizó.

Y en una jugada que lo posiciona como articulador, se ofreció a dar un paso al costado para lograr ese objetivo. "Si no hay unión de las fuerzas anti K, el peronismo volverá a ganar. Si me tengo que correr para que eso ocurra, lo voy a hacer", sentenció, transformando una derrota en el puntapié inicial de un nuevo armado político.