Una ola de renuncias sacude al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), desatando fuertes sospechas sobre una posible manipulación de las estadísticas oficiales.

Guillermo Manzano, director de Estadísticas de Condiciones de Vida, y Georgina Giglio, directora del Índice de Precios al Consumidor (IPC), presentaron sus dimisiones, lo que generó un clima de incertidumbre en el organismo que dirige Marco Lavagna.

La salida de Manzano, quien tenía bajo su órbita los números de pobreza y empleo, así como la responsabilidad de la nueva metodología para medir la pobreza, dejó flotando numerosas preguntas.

Giglio "regresa a cumplir funciones" en la Provincia de Buenos Aires por "cuestiones personales", pero la versión extraoficial apunta a la presión para que los números no "arruinen el relato electoral del oficialismo".

La situación se agrava por el hecho de que tanto la nueva metodología de pobreza como la actualización del IPC están "congeladas", lo que alimenta la sospecha de que la dirección del INDEC busca controlar la difusión de datos.

Previamente, la CGT ya había denunciado la manipulación de cifras, y la mayoría de las encuestas reflejan que la población no cree en los números oficiales de inflación.

La pérdida de Manzano, considerado uno de los técnicos más respetados del INDEC, sumado a la salida de Giglio, profundiza las dudas sobre la credibilidad del organismo y el margen de maniobra de su director, Marco Lavagna.