El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se encuentra en el centro de una fuerte polémica tras la difusión de un video donde aparece ofreciendo contactos judiciales y ayuda mediática a Tim Ballard, un activista estadounidense con denuncias por abuso sexual.

A pesar de la gravedad del contenido, el presidente Javier Milei decidió mantener a su ministro en el cargo y, fiel a su estilo, desvió el foco hacia los periodistas que sacaron a la luz las imágenes.

El video, cuya grabación se dio en Nueva York en el departamento del propio Ballard, muestra a Cúneo Libarona prometiendo "conseguir medios" y "reuniones con jueces de distintos ámbitos" para "limpiar la imagen" del activista en Argentina.

Ballard es conocido por haber inspirado la película "Sonido de Libertad" y enfrenta múltiples acusaciones de agresión sexual en su país.

Una fuente oficial de la Casa Rosada afirmó que se trató de “una reunión oficial" y que los fragmentos difundidos por Jorge Rial y Mauro Federico estarían "editados para tergiversar" la escena.

Sin embargo, estas explicaciones son inconsistentes, ya que sugieren que una reunión formal justificaría la oferta de influencias en el Poder Judicial y la promoción de un hombre denunciado.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue más allá al asegurar que no había visto el video a pesar de su masiva circulación, pero sostuvo que no cree que Cúneo Libarona le haya ofrecido sus servicios a Ballard.

Para justificar su postura, Francos dio un ejemplo inconexo sobre una falsa acusación de abuso en Argentina, lo que, lejos de calmar la situación, profundizó las críticas por la banalización de un tema tan delicado. Incluso, afirmó: "No tengo nada que reprocharle" al ministro.

La figura de Cúneo Libarona, con un pasado que incluye vínculos con el menemismo, acusaciones de encubrimiento en la causa AMIA (por la que estuvo detenido un mes en 1997) y denuncias vinculadas al caso de Lourdes Di Natale, su expareja fallecida en circunstancias aún no esclarecidas y cuya investigación fue reabierta por la Corte Suprema en 2015, contrasta con el discurso de Milei contra la "casta política".