La diputada provincial y candidata del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), Laura Cano, lanzó una dura ofensiva contra toda la clase política, a la que acusó de montar un “espectáculo obsceno” en el cierre de listas.

En una entrevista con Diagonal a Contramano, la dirigente aseguró que tanto el peronismo como los libertarios solo pelean "por un lugar en el cargo" y no discuten los problemas reales de la gente, al tiempo que cuestionó el rol de Axel Kicillof como supuesto “escudo” frente al gobierno de Javier Milei.

Para Cano, las elecciones del 7 de septiembre son “a medida de los partidos del régimen, y en este caso, a medida de la interna del peronismo”.

Además, criticó que durante todo el año, la Legislatura provincial “no se juntó para discutir los grandes problemas de esta provincia, como pueden ser la vivienda, el salario, el trabajo con derechos, la situación acuciante que se viven en las barriadas populares”.

La dirigente de la izquierda cuestionó la falta de debate de fondo en la interna oficialista. “Uno pregunta y dice, bueno, ¿cuál es la diferencia entre Axel y Cristina? ¿Qué se discute de fondo?”, se preguntó.

También apuntó contra Juan Grabois: “Cuando tuvieron que hacer historia, cuando tuvieron que votar en contra del Fondo Monetario, no lo hicieron”.

Cano también se refirió al escenario nacional y aseguró que en la calle percibe un desencanto con el gobierno de Javier Milei. “Lo que nos empiezan a decir muchos compañeros es, ‘bueno, sí, yo lo voté a Milei porque no soportaba más el gobierno de Alberto Fernández, pero la verdad es que ahora estoy peor’”, relató.

En ese sentido, afirmó que un sector de esos votantes “empieza a ver a la izquierda como alternativa”.

Frente a este panorama, la candidata posicionó a su espacio como la única alternativa real para los trabajadores. “El voto al Frente de Izquierda es la denuncia más filosa que se puede hacer a este régimen”, sostuvo, y lo definió como “el único voto útil, el que no traiciona”.

A su vez, reconoció las dificultades de hacer campaña en un sistema con una “cancha inclinada”, sin financiamiento y “a pulmón y militante más que nunca”.