

Mientras los principales referentes del sector agropecuario celebran una nueva edición de La Rural de Palermo, donde el presidente, Javier Milei, anunció baja a las retenciones, desde la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) reclaman por salarios dignos.
Con salarios que no alcanzan y condiciones laborales muchas veces precarias, el gremio advierte que el contraste entre los discursos empresariales y la realidad de los peones rurales es cada vez más obsceno.
La exposición de Palermo se convirtió en escenario de gestos de poder, ovaciones al Presidente y exigencias patronales. Pero mientras tanto, los trabajadores que ordeñan, cosechan, siembran y cargan camiones siguen reclamando algo básico: un salario que permita vivir.
“En junio ofrecieron un 0% de aumento. Ese es el mismo sector que hoy pide menos impuestos mientras congela sueldos”, denuncian desde la UATRE.
Pese a la eliminación de retenciones para la lechería y el porcino, y las reducciones en otros rubros del agro, la mejora en la rentabilidad no se traduce en los bolsillos de quienes hacen posible la producción.
“La recomposición fue producto de la lucha de nuestros compañeros y compañeras, pero aún estamos lejos de un salario justo”, señaló Natalia Sánchez Jauregui, Secretaria de Organización del gremio.
A partir de julio, el peón general permanente pasó a cobrar $681.000 y en agosto ascenderá a $705.000. Sin embargo, esos montos siguen siendo inferiores a la canasta básica que, según las estimaciones oficiales, ya supera el millón de pesos.
“Vamos a seguir en la calle, en cada campo, exigiendo lo que nos corresponde: un salario que permita vivir, no sobrevivir”, agregó Sánchez Jauregui.
Con protestas en las rutas y una paritaria que volverá a abrirse en agosto, la UATRE espera que esta vez la mesa de negociación no esté vacía de empresarios. “Ya no hay excusas”, advierten.