El acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza nació malherido y detonó una crisis terminal en el partido amarillo.

A la fuga de intendentes disconformes con el pacto, ahora se suma una rebelión interna contra el presidente del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, a quien acusan de no defender los lugares del partido en las listas, de entregarle la estratégica Octava Sección a los libertarios y de pretender imponer la conducción del bloque en el Senado.

La bronca contra la cúpula provincial, que también salpica a Diego Santilli, viene creciendo desde hace tiempo. Los dirigentes territoriales los acusan de no pelear por los lugares en las listas de los municipios que gobiernan y de armar las nóminas “sentados en la Ciudad de Buenos Aires”, lejos de la realidad de la provincia.

El caso que dinamitó la interna fue el de La Plata. Este viernes, el senador platense Marcelo Leguizamón explotó en redes sociales contra la conducción. 

“Les da lo mismo la Legislatura de la Ciudad que cualquier sección o municipio de la Provincia. No alcanza con recorrer distritos en campaña para la foto”, disparó. Y sentenció: “Hoy vemos cómo las listas se definen lejos, en escritorios de CABA. La mayoría de quienes deciden no sienten esta tierra”.

El enojo en la capital provincial se desató al trascender que en la Octava Sección La Libertad Avanza se quedaría con todos los lugares expectantes en la lista de diputados.

En el PRO platense denuncian que Ritondo y Santilli ni siquiera conversaron con los referentes locales y que, con este acuerdo, apenas lograrían meter “un concejal y medio”. “Es un escándalo que no hablen con los referentes”, afirman.

Pero la crisis no se limita a La Plata. En el Senado, la posible llegada del diputado Matías Ranzini —un hombre de Ritondo que no puede ser reelecto— a una banca por la Cuarta Sección generó un fuerte malestar entre los actuales senadores del PRO, que ven amenazado su poder interno.

El descontento se suma a la sangría de intendentes como Javier Martínez (Pergamino), Diego Reyes (Puan) y Pablo Petrecca (Junín), quienes ya pegaron el portazo. El cierre de listas encuentra al PRO bonaerense en su momento de mayor fragilidad, con una furia interna que apunta directamente a su conducción.