Un llamado de atención de la Justicia Electoral reavivó la guerra interna en la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense y puso en jaque la conformación del frente “Somos Buenos Aires”,
La Junta observó la alianza por la falta de una de las cuatro firmas necesarias en el acta constitutiva, la del diputado Diego Garciarena, hombre clave del sector que lidera el senador nacional Maximiliano Abad.
La interna radical, que parecía haberse reordenado, volvió a estallar. Por un lado, se encuentra el sector que responde a Abad, enfrentado a la conducción actual del partido. Por el otro, están los seguidores de Martín Lousteau y Facundo Manes, junto a la mayoría de los intendentes radicales, quienes impulsaron un acuerdo con peronistas no kirchneristas, la Coalición Cívica y otros espacios de centro.
El “abadismo” decidió no participar de este nuevo frente. La decisión se materializó cuando el jefe del bloque de diputados de la UCR se negara a firmar el acta de la alianza. Según trascendió, uno de los motivos del portazo fue el lugar que se le ofreció al peronista Emilio Monzó en la lista de candidatos de la Cuarta Sección, un reclamo del sector que lidera Miguel Fernández para su propio espacio.
La falta de la firma de Garciarena generó una observación formal de la Junta Electoral, dejando al borde del colapso la participación de la UCR en el frente. Ante esta situación, la conducción del partido, encabezada por el "loustoísta" Pablo Domenichini, convocó de urgencia a una Convención extraordinaria para este martes.
El objetivo de la convocatoria es claro: “ratificar esa pertenencia (al frente Somos Buenos Aires) y dar respuesta formal a la solicitud de información emitida por la Junta Electoral”, según explicaron desde los sectores que impulsan el acuerdo.