La conformación del frente de centro “Somos Buenos Aires” terminó en una implosión interna, con el sector liderado por el senador Maximiliano Abad abandonando las negociaciones y amenazando con impugnar el acuerdo ante la Justicia.
La UCR intentaba cerrar un gran acuerdo de centro junto a la Coalición Cívica, el GEN de Margarita Stolbizer, el socialismo y peronistas no kirchneristas como Emilio Monzó, Florencio Randazzo y los hermanos Passaglia, entre otros. Sin embargo, las tensiones internas que se venían acumulando finalmente estallaron.
El “abadismo” nunca estuvo convencido de este armado y su opción preferida era una alianza con el PRO y La Libertad Avanza. Con el correr de las horas, los tironeos por los lugares en las listas se hicieron insostenibles.
Testigos confiaron que la discusión entre el radical Miguel Fernández y el peronista Emilio Monzó por la cabeza de lista de la Cuarta Sección subió tanto de tono que casi llegó a un enfrentamiento físico.
La gota que rebalsó el vaso fue la suma de varias decisiones que el abadismo no aceptó: la inclusión de Julio Zamora en la Primera Sección, el lugar para Monzó en la Cuarta y la cesión del primer puesto de la Sexta a la Coalición Cívica. Ante este escenario, el sector de Abad se retiró de la negociación.
Amenazaron con impugnar el frente después de que Diego Garciarena, presidente del bloque de diputados y alfil de Abad, se negara a firmar el pacto.
Horas más tarde, cerca de la medianoche, y para evitar una ruptura total, desde el entorno del senador nacional dejaron trascender que no impugnarían la alianza, pero que harían uso de una cláusula de “libertad de acción”.