El gobernador Axel Kicillof llamó a la unidad para actuar como un “escudo y poner un freno a la motosierra que hoy arrasa derechos y sueños en nuestra provincia y en toda la Argentina”.

Desde sus redes sociales, el gobernador reconoció las tensiones internas, a las que llamó “miradas distintas”, pero aseguró que existe “una urgencia que supera cualquier diferencia o disputa”.

En ese sentido, transmitió un pedido de las bases: "En cada plenario, militantes, trabajadores y vecinos nos piden lo mismo a los dirigentes: vayan juntos”, remarcó.

El discurso de Kicillof estuvo centrado en una fuerte crítica al presidente Javier Milei. Aseguró que la “motosierra” del gobierno libertario “se está volviendo cada vez más despiadada” y que su autoritarismo se convirtió en una “durísima realidad”.

Enumeró una larga lista de acusaciones: “persecución de militantes, salvaje represión en las protestas, acoso sobre quienes critican, demonización de periodistas, condena a Cristina Kirchner, ataque permanente desde el Estado a las mujeres y a las disidencias”.

En el plano económico, el gobernador bonaerense afirmó que el plan nacional “agudiza la desigualdad, multiplica las privaciones, aumenta el desempleo y castiga la producción y el trabajo” en la provincia.

También apuntó contra el PRO, a quienes acusó de ser cómplices de La Libertad Avanza por formar “parte del mismo proceso de crueldad y desintegración que está padeciendo el país”.

Sobre el final, Kicillof consolidó el mensaje de unidad como una tarea ineludible para proteger a la provincia y construir una alternativa a futuro. “Frente a la doctrina del 'sálvese quien pueda' que nos quieren imponer, la historia, y sobre todo el futuro, nos exigen una tarea: sumar fuerzas para frenar a (Javier) Milei, sumar fuerzas para proteger al pueblo bonaerense”.

Y concluyó con un mensaje de esperanza: “No estamos condenados a la pesadilla libertaria, hay otro camino y lo seguiremos construyendo”.