La visita de los legisladores libertarios a un grupo de genocidas sigue haciendo crujir la interna oficialista. Además de cosechar el repudio de propios y ajenos, ahora la diputada de LLA, Rocío Bonacci, reveló que tanto el titular de la Cámara baja, Martín Menem, como el Poder Ejecutivo habían autorizado el encuentro.

Semanas atrás se conoció que Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo y la propia Bonacci se reunieron en el penal de Ezeiza con Alfredo Astiz, Carlos Suárez Mason y Adolfo Donda, entre otros implicados en la última dictadura.

Tras el rechazo masivo y el pedido de los legisladores de Unión por la Patria para que los seis diputados libertarios abandonen sus bancas, Bonacci rompió el silencio al denunciar que había ido “engañada” a Ezeiza y encendió la interna libertaria.

LLA en llamas

En declaraciones a un medio rosarino, la diputada aclaró que la convocatoria impulsada por Benedit era “con motivo humanitario” para recorrer la cárcel y estar en contacto con presos mayores de 70 años. “Calculé que presos comunes y conocer las instalaciones”, aclaró.

Según explicó, al darse cuenta de qué se trataba la visita planteó que “no quería participar de la conversación ni de la foto ni del proyecto”, pero que eso “no se respetó”, e incluso aclaró que tuvo que “googlear muchos apellidos” de los represores con los que se reunió porque “no los conocía”.

En ese marco, y tal como se venía especulando, afirmó que el encuentro tuvo el aval del presidente de la Cámara de Diputados. Según explicó, al expresarle su incomodidad con la reunión, Ménem le confirmó su luz verde. “Tenía su okay y el de Casa Rosada”, aseguró.