Tras la disputa entre Río Negro y Buenos Aires por la locación para instalar la planta de Gas Natural Licuado (GNL) de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la empresa presionó y fijó fecha para que los gobernadores adhieran al Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI).

Según trascendió, en las últimas horas el presidente de YPF, Horacio Marín, le envió una carta a Alberto Weretilneck y Axel Kicillof en la que puso como fecha límite este lunes para que las administraciones sienten posición y así definir en qué territorio se emplazará la planta.

Kicillof, entre la espada y la pared

Si bien el ultimátum cae de sorpresa, desde el último tratamiento de la Ley Bases en Diputados, cuando se dio sanción definitiva, el presidente de YPF había anticipado que “sin RIGI no hay GNL”, lo que le dio la pauta a los gobernadores de que la adhesión sería un requisito obligatorio.

Mientras que en Río Negro inmediatamente vieron la propuesta con buenos ojos, desde la administración de Kicillof sobrevuelan dudas. Su decisión, mediada por la presión de varios sectores de la oposición bonaerense, se dará a conocer en las próximas horas.

Es que, tras la adhesión de Wewrilneck al RIGI, los legisladores bonaerenses aceleraron las presiones sobre Kicillof, a fin de conseguir que Marín se incline por Bahía Blanca para construir la planta de GNL, dado que tendría diversos beneficios para la producción de la provincia.

En los últimos días, tanto el bloque del PRO del Senado, como sus pares de partido en la Cámara Baja; La Libertad Avanza; el bloque libertario de Sergio Vargas; la  UCR, y el legislador de Libre, Guillermo Castello y presentaron proyectos para que la provincia adhiera al RIGI.

Bajo este panorama, la desición de Kicillof sigue siendo una incógnita. Mientras tanto, YPF espera las respuestas oficiales de ambas provincias para evaluar los pros y contra de cada distrito para tomar la decisión, que será definida por una empresa norteamericana.