

Tras convocatorias truncas y reiterados comunicados, un grupo de productores volvió a hacerse escuchar y le presentó una carta al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para que “reconsidere el brutal aumento de impuestos, que atentan contra la producción”.
La misiva lleva las firmas de las sociedades rurales de Ayacucho, Mar Chiquita, General Guido, General Madariaga, Lobería, mar del Plata, Benito Juárez, Balcarce, General Alvarado, Tandil, Gonzales Chaves, Maipú, Necochea, Rauch, General Lavalle y San Cayetano, adheridas a CARBAP.
En el texto, los dirigentes rurales reprocharon que las autoridades provinciales y municipales desconocen "la importancia de nuestro sector agropecuario en estas comunidades donde la riqueza que se genera en los campos sostiene la amplia mayoría de los puestos de trabajo”.
En ese marco, argumentaron que dichos gobiernos han actuado “con insensibilidad respecto de los problemas que han afectado a nuestra actividad durante estos años”, en medio del impacto por la suba en el costo de vida, “en nuestros insumos de trabajo y nuestra capacidad financiera”.
Teléfono para el gobernador
Pese a que pusieron el foco en el ajuste generalizado y la crítica situación económica a nivel nacional, desde el campo los dirigentes vienen apuntando contra la gestión bonaerense, que en enero logró que se aprobara la nueva Ley Impositiva.
Bajo ese panorama, apuntaron: “Todos estamos afrontando una racionalización o achique de recursos, que no se ve del mismo modo en algunas administraciones públicas, como por caso la Provincia, que ha liquidado el impuesto inmobiliario y automotor de modo desproporcionado”.
Incluso, consideraron que dicha suba está por encima de lo estipulado en la ley, y consideraron que “al margen de la quita de descuentos y otros instrumentos, la incidencia tributaria final es muy por encima de la inflación conocida”.
Pero no se quedaron solo con su reclamo sectorial, sino que aprovecharon la misiva para mojarle la oreja a Kicillof respecto a los otros gastos de su administración, señalando un desequilibrio entre lo que recauda y lo que gasta.
“Observamos rutas y caminos rurales en muy mal estado, obras públicas detenidas y servicios públicos -como seguridad y salud- altamente deficientes, y sin proyección de mejora”, lanzaron y cerraron: “No pretendemos no pagar impuestos: queremos que de una vez por todas tengamos impuestos razonables que regresen en progreso".