El expresidente, Mauricio Macri, en declaraciones televisivas marcó la postura que tiene la parte más dura del PRO, sobre el intento de magnicidio que sufrió la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner y planteó: “fue algo individual, de un grupito de loquitos, no estuvo orquestado políticamente”.

Luego, habló sobre el pedido de una parte del Frente de Todos para mejorar la relación con la oposición y dejar de lado los discursos de odio, sobre esto, dijo que no se puede tomar en serio el pedido porque “el populismo es la destrucción del valor de la palabra”.

Distintos dirigentes de Juntos por el Cambio vienen explicando su negativa ante los llamados oficiales con el argumento de que el Congreso es el lugar para el diálogo, y observó que "todos sufrimos la falta de diálogo desde que el kirchnerismo gobierna. Para que se dé un encuentro tiene que existir la honestidad".

Diálogo con el oficialismo 

En el oficialismo responden que la excepcionalidad que tuvo el intento de magnicidio implica la necesidad de una instancia de diálogo, única, es decir, más allá del ámbito parlamentario. Macri ni siquiera mencionó al Congreso.

Cuando le consultaron sobre un posible encuentro con CFK, el exmandatario, detalló: "escucho esas ideas y creo que son expresiones de deseo sin valor. Un café de cortesía no me parece el fin del mundo. Si me llama le contestaría el llamado telefónico, pero no entiendo en base a qué. No quiero generar expectativas. Las veces que hemos hablado han sido frustrantes". 

En otro momento de la entrevista, cuestionó al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, el encargado de convocar al diálogo por parte del Gobierno. "Empieza a hacer esa convocatoria quien dijo que eran tres toneladas de discursos de la oposición y de los medios quienes habían gatillado el arma. Ojalá hubiera una autocrítica", indicó.

Para finalizar, opinó que "el hecho de haberle mentido tanto a la gente la hace desconfiar de algo que sucedió". También manifesto que vivió la situación “primero en shock, cuando escuché no podía creer. Luego, con el repudio vino el alivio, porque no había pasado, fue un intento. Pero cuando llegó el grotesco de la sobreactuación, me causó rechazo".