

La trágica inundación ocurrida en el Gran La Plata los días 2 y 3 de abril de 2013 tuvo múltiples consecuencias para la región. Resultó un duro golpe para la comunidad por la pérdida de vidas humanas y provocó graves daños a la infraestructura pública y privada. En definitiva, el fenómeno climático puso en evidencia en aquel entonces la limitación del Estado, en todos sus niveles, a la hora de tener que responder adecuadamente ante las consecuencias de temporales de gran magnitud, como así también la vulnerabilidad de la sociedad respecto al conocimiento de cómo afrontar eventos hidrometeorológicos severos.
A más de cinco años de lo que fue la mayor tormenta de la que se tenga registro en la capital bonaerense, y entendiendo que los problemas de índole hídrico urbano involucra el acceso al agua potable, a las cloacas y a los sistemas pluviales, se conformó en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) la Cátedra Libre de Hidráulica Comunitaria. El objetivo es que sea un espacio interdisciplinario abierto, de discusión, educación y consulta, en el ámbito del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería, donde se reciban inquietudes de todo integrante de la sociedad relacionadas a la temática del agua para trabajar conjuntamente en su análisis y la búsqueda de soluciones posibles.
El director de la cátedra, el ingeniero Enrique Angheben, mencionó que el estudio realizado por integrantes del Departamento de Hidráulica sobre la inundación ocurrida en abril de 2013 en las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada fue el punto de partida para intentar lograr una relación más estrecha con la comunidad, a través de cursos, seminarios, acompañamiento de asambleas vecinales y de inundados. En ese sentido, se busca llevar adelante jornadas de difusión a través de actividades en escuelas, centros barriales e instituciones de salud, entre otros ámbitos, con el fin de acercar los contenidos que se aborden en la cátedra.
Las actividades incluirán trabajos de campo de investigadores, extensionistas y alumnos de la carrera de Hidráulica o de otras facultades de la UNLP que estén interesados en abordar temas relacionados a la problemática del agua, con integrantes de la comunidad, con el fin de pensar, elaborar e implementar soluciones en conjunto y que puedan ser llevadas a cabo por los propios destinatarios.
“La Facultad tiene un potencial muy grande. Podemos ser un centro de consulta ciudadana y también ser generadores de proyectos de extensión o de estudios de transferencia, pero con otra mirada, especialmente orientados a ayudar a la gente de barrio, preferentemente humilde y sin acceso al consejo profesional, que nos acerque sus preguntas y problemas”, comentó Angheben.
No obstante, el ingeniero aclaró que la idea es que no funcione como un 0800 de consultas individuales, por ejemplo, de cuestiones como “tengo humedad en casa”.
También se propiciarán espacios interdisciplinarios de trabajo, formación y debate con el aporte de especialistas. Se espera la participación de referentes de la comunidad, representantes de organismos o entidades públicas, profesores e investigadores de la UNLP para acompañar las actividades, formular recomendaciones y asegurar la participación ciudadana en las propuestas y proyectos que la cátedra lleve adelante. El espacio estará abierto a profesionales invitados, personal de apoyo, docentes, becarios y pasantes.