PROVINCIA | 13 JUL 2020

EFECTO CUARENTENA

¿La pandemia le puso un párate a la inflación?

Un estudio asegura que en mayo y junio, el aumento de precios sólo fue del 0.13%.




 

Según el Índice Barrial de Precios (IBP) que elabora el Instituto de Investigación Social, Económica, Política y Ciudadana (Isepci) en base al relevamiento de 57 productos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en 420 negocios de cercanía de barrios populares de 20 distritos del conurbano. Entre mayo y junio los precios de los alimentos se mantuvieron estables.

 

Asimismo, las reducciones salariales, cierres de locales y despidos, son algunos de los factores que contribuyen a explicar los resultados de mayo y junio.

 

La reciente evolución significa un cambio de tendencia respecto del primer cuatrimestre del año cuando el mismo relevamiento había marcado un aumento del 23,53%.

 

El informe precisa que en junio los productos de verdulería tuvieron una baja de 1,55%, en buena medida por la variación del precio de algunos productos estacionales, como las naranjas (-12,8%) y las mandarinas (-1,96%), aunque el relevamiento detectó también disminuciones importantes en el precio del tomate (9%) y de la lechuga (-5,3%).

 

Distinto fue el caso de los productos de almacén que subieron en promedio 0,26%, pero incluyeron algunos aumentos, como la polenta (7,14%), las lentejas (7,3%) y la harina de trigo (3,1%).

 

Mientras tanto, las carnes aumentaron en promedio 0,9%, pero con variaciones muy grandes entre los cortes más consumidos en los barrios populares, el espinazo aumentó 23,1% y la carnaza 6,7%,mientras el precio del pollo cayó 7,7%.

 

Según el análisis del Isepci, los fuertes aumentos que se habían verificado hasta abril en los negocios de cercanía “no se justificaban con combustibles y tarifas congeladas hace varios meses y un valor del dólar relativamente estable, a lo que se agregaba una caída general de las ventas en los comercios pequeños y medianos”.

 

Igualmente, explicarón, que en ese período aumentarón los volúmenes de venta en los supermercados, que absorbieron buena parte del aumento del consumo derivado de la “tarjeta alimentaria” y los refuerzos en asignaciones sociales e bajos ingresos.

 

Para finalizar, el informe pide “reforzar los controles de precios para que este respiro de las subas no se termine rápidamente ante futuros eventuales incrementos del consumo, habida cuenta que algunas de las principales variables que influyen directamente en la evolución de los precios, como los valores de las tarifas y combustibles, permanecerán congeladas o tendrán aumentos moderados, hasta fin de año”.

 

 

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