POLíTICA | 15 MAR 2019

EFECTO CRISIS

Pobreza, depresión y ansiedad: Preocupación por informe de la UCA

Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina marca la preocupación en cuanto a la falta de felicidad en las personas con bajos recursos.




Las personas que se encuentran bajo la línea de pobreza presentan el doble de síntomas de depresión y ansiedad que el resto de la población, según un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA que reveló que esta situación también genera menor sensación de felicidad y falta de proyectos.

El estudio se realizó sobre 5.700 encuestados mayores de 18 años de hogares urbanos de todo el país durante el período 2010-2018 y arrojó que a menor nivel socio-económico, educativo y laboral mayor es el malestar psicológico y el déficit emocional y afectivo.

A modo de ejemplo, en 2018, el 33,1 por ciento de las personas bajo el nivel de pobreza presentó alta sintomatología de ansiedad y depresión, contra 17,2 por ciento de las personas no pobres.

"Para medir el malestar psicológico se elabora un índice que mide sintomatología ansiosa o depresiva en base a una serie de preguntas", explicó a Télam Solange Rodríguez Espíndola, investigadora del informe denominado "Malestar Subjetivo (2010-2018). Asimetrías Sociales en los Recursos Emocionales, Afectivos y Cognitivos".

La psicóloga detalló que, a nivel de la población en general, "un 20 por ciento de los entrevistados expresó tener sintomatología ansiosa o depresiva", y que los porcentajes "son mayores en mujeres que en hombres y en la franja etaria de 35 a 59 años que en el resto de la población".

Además del malestar psicológico, el estudio contempló otros tres indicadores: "el afrontamiento negativo", esto es la conducta evasiva a pensar una situación problemática que lleva a no realizar intentos activos por intentar resolverla; la autopercepción de sentirse poco o nada feliz, y el déficit de proyectos personales.

"En estos últimos tres indicadores sucede lo mismo que con el malestar psicológico, cuanto menor es el nivel socio-educativo, peor es el indicador", alertó Espíndola.

Y añadió: "Esto es lo que el estudio pone en evidencia porque si una persona no tiene condiciones emocionales para sostenerse o pensar a futuro, más difícil va a ser salir adelante, entonces si bien hay cuestiones económicas adversas que dan origen también se retroalimentan a partir de todo el resto de las carencias".

Reconocido por sus informes sobre pobreza, el Observatorio de la Deuda Social es un programa de investigación, extensión y formación de recursos humanos de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) conformado en 2002.

"Cuando se habla de pobreza se piensa en una mirada monetaria o económica, lo que llamamos pobreza objetiva, pero desde el Observatorio hacemos una lectura más integral del Desarrollo Humano y que hace a estas Deudas Sociales que no son necesariamente económicas e impactan en este bienestar subjetivo, como es el caso de este informe", concluyó Espíndola.

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