Montenegro furioso con el nombramiento de Presti en Defensa

Las promesas de la mesa política que armó Sebastián Pareja meses atrás con los alfiles del PRO quedaron en el bidet, como marca la música de Charly García. El intendente de General Pueyrredón y senador electo, Guillermo Montenegro quedó disconforme con el nombramiento de Carlos Presti en Defensa.

Las salidas de Patricia Bullrich y Luis Petri de sus carteras marcaban una oportunidad para el intendente PRO que, desde hace meses, quiere dejar el municipio para abarcar un nuevo desafío. Sin embargo, el nombramiento de Presti y la continuidad de una persona de confianza de Patricia Bullrich en ambas carteras dejó sin oportunidad al marplatense.

Montenegro sueña con quedarse con el sillón que tiene hoy Mariano Cúneo Libarona en Justicia, aunque las señales que está dando Casa Rosada lo muestran sin alternativas y tendrá que asumir su banca en el Senado, quedando en un escenario adverso, ya que el peronismo tendrá mayoría propia desde el 10 de diciembre.

El nombramiento del teniente general Carlos Alberto Presti como ministro de Defensa por el presidente Javier Milei ha marcado un hito histórico en la política argentina. Desde el retorno de la democracia en diciembre de 1983, con la asunción de Raúl Alfonsín, todos los titulares de la cartera de Defensa habían sido civiles, una práctica institucional clave para consolidar la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder constitucional.

Carlos Alberto Presti nació el 23 de junio de 1966 y cuenta con una extensa y calificada carrera en el Ejército. Egresó del Colegio Militar de la Nación en 1987 como subteniente de Infantería. Completó su formación académica en la Universidad del Salvador y se especializó en Estado Mayor, estrategias y organización en la Escuela Superior de Guerra “Teniente General Luis María Campos”.

Ocupó puestos de alta jerarquía, siendo comandante de la IV Brigada Aerotransportada, jefe del Regimiento de Asalto Aéreo 601 y director del Colegio Militar.

Su designación, si bien elogiada por sectores como el exjefe del Ejército César Milani, ha generado controversia en organizaciones de derechos humanos y sectores progresistas que ven en este nombramiento un retroceso en la consolidación del control civil sobre las Fuerzas Armadas.