La discusión del Presupuesto bonaerense promete algo más que números: reaviva las diferencias entre el círculo íntimo del gobernador Axel Kicillof y el sector camporista, que vuelve a hacer sentir su peso antes de que empiece la negociación fina.
El tablero se mueve este martes a las 14, cuando la comisión de Presupuesto e Impuestos abra el juego y ponga sobre la mesa el paquete completo enviado por el Ejecutivo. No solo el Presupuesto 2026: también la Ley Fiscal Impositiva y la autorización para endeudarse por 3.865 millones de dólares. Un combo que exige alineamiento político antes que técnica presupuestaria.
Si bien nadie lo dice en voz alta, la relación entre el gobernador y La Cámpora atraviesa su etapa de mayor frialdad desde que arrancó el nuevo mandato. El episodio más reciente lo protagonizó Teresa García, jefa del bloque de UxP en el Senado, quien semanas atrás reclamó “más diálogo” y un esquema de trabajo más claro al Ejecutivo. Un mensaje directo al corazón de la Gobernación.
García insistió en tratar Presupuesto, endeudamiento y fondos para municipios de forma unificada, para “ordenar” la discusión. Traducido: evitar que el Ejecutivo avance por carriles propios sin consensuar los tiempos políticos con la estructura camporista.
Aunque la senadora negó cualquier intento de “boicot” de La Cámpora a las iniciativas de Kicillof, en la Legislatura nadie desconoce que las tensiones existen y que la organización de Máximo Kirchner llega a la mesa con cuentas pendientes tras varios cortocircuitos públicos y privados.
Para la negociación en Diputados, Kicillof eligió como operadores a Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown y diputado electo, y al ministro Gabriel Katopodis. En el Senado, la posta queda en manos de la vicegobernadora Verónica Magario, que deberá construir los acuerdos sin dinamitar su propia relación con los sectores que le disputan influencia en la Cámara alta.
En Gobernación reconocen que el Presupuesto 2026 depende tanto de cómo se ordene la interna de Unión por la Patria como de los acuerdos que logren con la oposición. La Cámpora, por su parte, llega decidida a marcar agenda y demostrar que nada se aprueba sin su luz verde.
Con números en rojo, ruido interno y un clima político espeso, la discusión recién empieza. Y todos saben que esta vez, más que un Presupuesto, se está negociando el verdadero mapa de poder del peronismo bonaerense para 2026.
Rosca en el peronismo
Presupuesto 2025
Operativo clamor