Mientras la mesa política de Fuerza Patria sigue negociando a contrarreloj el cierre de listas, el gobernador Axel Kicillof ya empezó a delinear su propia hoja de ruta para la campaña electoral.
La estrategia, diseñada en La Plata, lo tendrá como protagonista excluyente y se basará en dos ejes claros: una fuerte polarización con el presidente Javier Milei y una presencia territorial con un acto central en cada una de las ocho secciones electorales de la provincia.
El discurso será el mismo, pero repetido en múltiples oportunidades: buscará reforzar el contraste de los modelos económicos. De un lado, el modelo de Milei; del otro, el suyo. La idea es machacar sobre el concepto de un ‘Estado presente’ frente a lo que el kicillofismo llama la ‘demonización del rol estatal’ y el ‘daño de la motosierra’ del gobierno libertario.
El plan de Kicillof tiene tiempos definidos. Hasta mitad de agosto, la agenda estará marcada por la gestión. Luego, en las tres semanas previas a la elección del 7 de septiembre, se lanzará de lleno a la campaña política.
El gobernador encabezará un acto grande y con demostración de “musculatura política” en cada una de las ocho secciones. El mensaje será claro y directo: activo, en movimiento, en la calle y con anuncios vinculados a la gestión.
La decisión de ponerse al frente de la campaña también implica un doble juego. Por un lado, busca asegurarse que su armado político se comprometa en todo el territorio. Por otro, lo deja como el principal responsable en caso de una posible derrota.