El Gobierno nacional decidió poner fin a la rebaja temporal de retenciones para dos de los principales cultivos del país, la soja y el maíz. A partir de este martes, 1 de julio, ambos productos vuelven a tributar alícuotas más altas, una medida que generó un inmediato y duro reclamo de las entidades que conforman la Mesa de Enlace, que advirtieron que esta decisión “asfixia” al sector.
La decisión del Ejecutivo de no extender la ventana de reducción impositiva se confirmó tras la publicación en el Boletín Oficial del viernes pasado, que solo prorrogó el beneficio hasta el 31 de marzo para el trigo y la cebada.
Para el resto de los cultivos, la situación cambia drásticamente: la soja pasa de tributar del 26 al 33%, el maíz y el sorgo del 9,5 al 12%, y el girasol vuelve al 7% desde el 5,5% reducido que tenía.
Ante esta exclusión, la Mesa de Enlace, integrada por Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina, Coninagro y la Sociedad Rural Argentina, emitió un fuerte comunicado conjunto. Las entidades renovaron sus críticas al gobierno de Javier Milei y advirtieron que ya no existe “más margen” para este tipo de decisiones.
En el texto, las gremiales del ruralismo reiteraron su histórico pedido de eliminación de los derechos de exportación, a los que calificaron como un impuesto “distorsivo, anacrónico y perjudicial”.
Aseguraron que esta carga impositiva “frena el crecimiento del campo argentino y obstaculiza el desarrollo federal”.
“La presión fiscal asfixiante, inequitativa e injusta atenta contra la competitividad del sector en cada provincia donde la cadena agroindustrial es clave para el desarrollo, el empleo y la calidad de vida”, sostuvieron las entidades.
Afirmaron que el sector agropecuario lleva “meses y años” alertando sobre la necesidad de medidas urgentes y definitivas, y expresaron su "hartazgo" ante la falta de previsibilidad y los constantes cambios en las reglas de juego.
“Ya no hay margen para medidas discrecionales y de corto plazo, que solo profundizan la incertidumbre y la desazón”, advirtieron.
El documento concluye con una consigna que reafirma la histórica postura del sector: “El campo argentino necesita reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones”.