En medio de la creciente tensión interna que atraviesa el peronismo en la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof protagonizó el martes un encuentro que no pasó desapercibido: recibió en su despacho al intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, un jefe comunal alineado con el cristinismo.
Si bien la agenda oficial se centró en temas de gestión para el municipio del Conurbano, la foto y la reunión dispararon especulaciones en un contexto de “fuego cruzado” entre las distintas facciones del oficialismo bonaerense.
Además, señaló que “el Consorcio de Municipios para la culminación de la construcción de la Autopista Presidente Perón que el Gobierno Nacional ha abandonado, también de obras de infraestructura claves para Merlo y una gran entrega de escrituras que se viene, acercando a muchas familias al sueño de la casa propia”.
Menéndez concluyó que “seguimos trabajando en equipo, con compromiso y con la Provincia, para que Merlo crezca con más derechos y más oportunidades”.
Menéndez es uno de los dirigentes que evita los cuestionamientos públicos hacia el gobernador Kicillof y suele mostrarse optimista sobre el futuro de la coalición oficialista.
Horas antes de la reunión con Menéndez, Kicillof también se había encontrado con el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, un jefe comunal ligado al camporismo que venía de reunirse con el presidente Javier Milei. Tras ese encuentro, Susbielles agradeció al gobernador “por su compromiso constante con los bahienses” para la recuperación del distrito tras las inundaciones.